jueves, 26 de junio de 2014

Hallazgos de un día cualquiera XI: Los gatos de Copenhague



Hace unos días, recorriendo las librerías de la calle Corrientes me encontré con una
joyita de la literatura para niñxs entre los libros del sector infantil de la librería Losada. Se trata de un libro de James Joyce, Los gatos de Copenhague con ilustraciones de
Casey Sorrow y traducido por Pablo Ingberg (Losada, 2013).  
¿Quién hubiera dicho que el gran escritor irlandés, autor de obras significativas para la literatura mundial como Ulises y Retrato de un artista adolescente, había escrito también textos para niñxs?

Como se comenta en el texto preliminar, se trata de un cuento para niñxs que Joyce le
escribió a su nieto Stephen y que le envió por carta el 5 de septiembre de 1936. En ese momento Joyce estaba en Dinamarca descansando.

Se trata de una historia disparatada que ya desde el título habla de unos gatos presente
en la capital dinamarquesa pero que luego, al interior de l relato, solo son una presencia posible a partir de lo que el narrador imagina o están presentes en las ilustraciones,
haciendo un contrapunto con el discurso verbal
Los gatos en Copenhague es una pequeña historia donde se cuenta la existencia de
 muchas bicicletas y pescados pero ningún gato en esa ciudad. Joyce imagina una
 historia donde los gatos serán en el futuro quienes enseñen y ayuden a las ancianas a cruzar las calles y pongan orden en esa ciudad.


Los  dibujos de Casey Sorrow son en un estilo irónico, con fuertes influencias de la
cultura pop, y aportan otros sentidos e interpretaciones posibles al discurso verbal, en un claro contrapunto.
Un hallazgo de un día cualquiera a solo $85. Y otra forma de redescubrir a Joyce pensado para niñxs. 
¿Qué otros libros conocen de grandxs escritorxs de la literatura universal que escribieron también algún texto para niñxs?
Besos,

lunes, 16 de junio de 2014

Poesía para abrir los ojos y los sentidos

En esa valija viajera de mi amiga Natalia llegó hace un tiempo Con el sol en los ojos de Jorge Luján e ilustraciones de Morteza Zabaldi, editada en México (Colofón, 2012). Como muchxs de ustedes saben, por varios post que publiqué sobre su obra, es un autor que me gusta mucho.



En este caso se trata de un libro de poesía para niñxs en el que el autor explora a través del lenguaje los rincones de la vida cotidiana y de las pequeñas cosas. Se trata de poemas breves con una gran potencia semántica y con un gran poder de síntesis. 
Cada pequeña cosa es una explosión de sentidos nuevos que traen nuevas experiencias, descubrimientos y hallazgos para una niña y un niño. La calle es como un tronco de almendro, el sol se lava en un balde, el silencio se esconde en cada uno, la muñeca piensa en un amor, en el medio de las estrellas se esconden dos enamorados. 
Así en cada página nos encontramos con poemas que esconden en pocas palabras un estallido de sentidos como, por ejemplo, descubrir en el paladar el corazón de un bombón con dulce de leche.

En ese descubrimiento de las pequeñas cosas un poema para atesorar:

"Todo lo que tengo es tuyo;
el escondite en la azotea,
el barrilete de dragón,
y esta canción para que dos se quieran."

Las ilustraciones de Morteza Zabaldi refuerzan el sentido de los poemas cuando en cada mancha
podemos descubrir formas nuevas como huellas de dibujos infantiles.

Un gran poesía para redescubrir esas pequeñas cosas que nos rodean y que el lenguaje poético puede
redescubrir
Poesía para abrir los ojos y resignificar el mundo a la vuelta de la esquina. 
Besos, .

 


viernes, 6 de junio de 2014

En lengua alemana II: Aquí soy sólo el perro

Hace unos meses hablamos de libros con gatos y, entre ellos, reseñé Aquí soy solo la gata  de Hanna Johansen. Hoy, quiero compartir con ustedes, la contracara de aquel libro: Aquí soy solo el perro de Jutta Richter con ilustraciones de Hildegard Müller, publicado por Una luna en el 2012.




En este caso el narrador es un perro, Brendon, un pastor nacido en Hungría que emigra a otro país y vive en una casa donde ya habita una gata. A partir de la construcción de la voz perruna, la autora nos va presentando la historia de Brendon, sus antecesores como su tío Federico que funciona en la novela como el maestro y mentor de Brendon ya que a lo largo de la novela el perro referirá a las enseñanzas y consejos de su tío para poder vivir sin mayores problemas o para poder enfrentar las dificultades de la vida de perro.

A lo largo de cada capítulo, Brendon narrador nos irá presentando distintos personajes con los que convive. Por ejemplo, en el capítulo 2 presenta a Felipe y Emily, sus dueños, mostrando cómo se comportan con él, Felipe con un silbato trata de que cumpla con ciertas pautas y Emily lo mima con orejitas de cerdo, pollo o salchichas; o la niña de la casa que lo rebautizó como Anton y juega como un animalito más o las peripecias que vive a partir de que lo mandan a la escuela para responder a ciertas órdenes, los progresos que hace. 

Pero no solo de aventuras vive este perro, sino también de reflexiones que van presentándose a lo largo del texto. Así, Brendon reflexiona “No es fácil ser un buen perro. Pero ser un perro héroe es lo más difícil de todo.” O “Lo único que quiero es dormir”, ¡Los zapatos de cuero de cabra son mucho más ricos que las orejitas de cerdo!”.

Aquí soy sólo el perro es un divertimento, una novela que nos acerca al mundo de los perros desde sus propios ojos y nos saca, más de una vez, una sonrisa.

¿Qué otros textos conocen donde los perros/as sean protagonistas?


Besos,