martes, 10 de noviembre de 2015

Un almanaque con mucha música



Desde tiempos inmemoriales los humanos regularon el tiempo con calendarios y, luego, almanaques. En ellos no solo se incluía el clima sino que, en algunos casos, también daban información sobre higiene, cuestiones astrológicas, pautas morales, etc. Los almanaques fueron considerados literatura de cordel porque estaban colgados de un hilo en distintos lugares. Hoy, en tiempos digitales, todavía podemos encontrar almanaques que cuelgan en negocios o en algunas casas.
¿Y cómo sería un Almanaque musical? ¿Se trata de regular el tiempo con música?

Almanaque musical (Kalandraka, 2012) de Antonio Rubio y David Pintor es un bello hallazgo poético.
Cada doble página presenta un mes del calendario acompañado de imágenes musicales o que remiten al universo musical y, cada mes está representado literariamente en versos que hacen referencia a la música y al clima. Así “Enero”, siguiendo el calendario en el hemisferio norte, nos trae “Violines y violas/esparcen sus notas/sobre el blanco enero/como blanda alfombra (…)”, en “Febrero” la orquesta se refugia y “contempla/los copos de nieve/ que a febrero acechan”, “Marzo” trae el viento y “Se forma un ballet/ de gorros aéreos,/como una bandada/ de pájaros nuevos.” Así, mes a mes, una poesía donde música, clima y belleza se aúnan para presentar, poéticamente, los distintos estados de ánimo y particularidades de cada estación.

Almanaque musical es un libro de poesía inusual donde la música no solo aparece tematizada sino que también estructura cada texto y está presente en cada ilustración por cada mes del año.

Para aquellas/os que nos gusta la música y la poesía, Almanaque musical de Antonio Rubio y David Pintor es una invitación a disfrutar de cada estación desde las páginas de este hermoso libro.