jueves, 20 de diciembre de 2012

Libros recomendados para el arbolito




Como todos los años, en el post de hoy, quería compartir algunas recomendaciones para regalar libros. En este caso elegí cuatro libros que leí a lo largo del año y que me gustaron mucho.

Ellos y de Esteban Valentino con ilustraciones de Pablo Besse (publicado por Abran Cancha, 2012) –que generosamente me envió Adela Basch- es el primero. Rara avis en el campo de la literatura para niñxs, entre la narrativa y la prosa poética, es un bello libro para leer una y otra vez. Ellos y cuenta una historia de Padre, Madre, Hijo, Hija y la configuración de un universo con marcas singulares; un relato que nos pasea por experiencias inaugurales, la entrada al conocimiento, a lo desconocido visto desde una mirada primigenia. Asimismo, un relato que apunta a construir un mundo donde el afecto, las transformaciones, y los cambios que como sujetos vivimos formen parte de nuestra identidad. Un bello libro para no perderse. Las ilustraciones son como epifanías que acompañan el discurso verbal imprimiéndole nuevos sentidos a la historia que se cuenta.


Los gigantes de la luna de Gonzalo Moure con ilustraciones de Fernando Martín Godoy (Edilvives, 2011) lo conocí el año pasado en Barcelona cuando participé en el Simposio organizado por Gretel en la UAB. Tuve el placer de escuchar una conferencia de Moure sobre su experiencia trabajando con niños y niñas de África. Esta novela cuenta la historia de un niño español, Pablo, que tiene una vida acomodada y que disfruta de estar como bicho bolita metido en su mundo. A partir del proyecto de sus padres de recibir en casa a una niña sarahui que proviene de un campamento de refugiados, su mundo se transforma, conoce la cultura sarahui y entiende su propio mundo con otros ojos. Los gigantes de la luna es una novela que habla de los otros y de nosotros, de la relación entre lo desconocido y lo propio, en tiempos de globalización, y donde se apuesta a un diálogo intercultural.


Aquí soy solo la gata de Hanna Johansen (Unaluna, 2010) es una novela atrapante, sobre todo para aquellos que gustan de los/as gatos/as como es mi caso. Se relata en primera persona la historia de una gata, las peripecias de su existencia doméstica, los problemas que tiene, entre otras experiencias, desde la mirada singular gatuna. Las ilustraciones de Hildegard Müller son simpáticas y deliciosas, y nos recuerdan a la estética de los cómics. Cada lector, a medida que avance con la lectura, encontrará a su gata/o en esta gata. 





Mi cuerpo y yo de Jorge Luján e Isol (Comunicarte, 2012) –que también me envió la editorial de obsequio-. En este libro nuevamente Luján e Isol dialogan con sus textos e ilustraciones para contar, en versos, la relación entre el cuerpo y la identidad, entre lo que es el cuerpo y lo que es el sujeto, entre la materialidad y la imaginación como un juego de espejos distorsionado que muestra las contradicciones de la subjetividad vistas desde los ojos de niño.






Espero que les hayan gustado las recomendaciones. 
La foto que abre el post es un regalo de mi hermana Monica que, otro año más, va a disfrutar en su Munich de adopción de las fiestas con nieve.
¡Felices fiestas! Y ¡Feliz Año Nuevo!
Nos leemos al regreso de mis vacaciones. Gracias por estar ahí.
Besos,
Val      

lunes, 17 de diciembre de 2012

Historias con humor


En una entrevista que Cultura LIJ le hizo a Adela Basch en el número de marzo-abril de 2010, Adela explicitaba que le interesaba hacer un tratamiento de la historia alejada de cierto acartonamiento o lugar común como así también “esquivar las rigideces y estereotipación” con que se suelen mostrar los próceres, como se puede ver en sus textos José de San Martín caballero del principio al fin y Belgrano hace bandera y le sale de primera
En Teatro e Historia ¡cantemos victoria! (Ediciones Abran cancha, 2012) incurre en este desafío y lo hace redoblado, con la coautoría  y las ilustraciones de Didi Grau, en ocho obras de teatro que cuentan episodios de y en la Revolución de Mayo.





Cada una de las obras de teatro que se incluyen en este libro, apuestan al uso de la rima en la construcción discursiva de los personajes, a los malentendidos, al uso de refranes y modismos rioplatenses, a mostrar a las figuras políticas de la revolución en la vida cotidiana y en situaciones humorísticas, y a –a través del humor- deschavar usos y costumbres de la época.

Por ejemplo, en “Yo no me callo, ¡se viene el 25 de mayo!” de Adela Basch, nos encontramos con dos presentadores que se dirigen al público invitándolo a viajar hacia el pasado y contextualizan en la apertura de cada escena dónde nos encontramos como lectores/público. Con humor se presentan las tensiones entre los criollos que quieren ser libres y los intereses de España en las colonias, a través de la figura ridiculizada del Virrey que grita y quiere poner orden desde arriba de una mesa: “Yo gobierno en nombre del rey de España, y al que no me obedezca lo voy a sacar de las pestañas.”
En “Don Gervasio y Doña Rosa charlan de maridos y de esposas” Didi Grau construye a partir de los nombres connotativos de los personajes una crítica desde el humor a la costumbre de las mujeres patricias de usar los apellidos de casadas  y presenta a la tertulia como reunión social donde se “ponen al día las novedades sociales.” Así en un diálogo entre Don Gervasio y Doña Rosa, los chismes de casamientos y relaciones amorosas de la época, nos permiten descubrir el uso del humor lingüístico a partir de las asociaciones semánticas en los nombres de los personajes. Por ejemplo, Don Gervasio le cuenta a Doña Rosa que “Marianita ya era de familia de gran caudal. Y ahora que es Marianita Torrente Ríos de Montes y Montaña...¡imagínese! Me animaría a decir que ha pasado a ser una mujer muy acaudalada ¿no le parece?”

Las otras obras son: “Si te querés enterar, tenés que participar” de Didi Grau que presenta una escena de mujeres bordando  -recluidas de la actividad política y transmisoras de las novedades que sus maridos traen de la vida pública-, Inesita la joven del grupo con ideas transgresoras y la charla femenina sobre la belleza o fealdad de cada uno de los patriotas. 
“El 25 de mayo llega como un rayo” de Adela Basch recontextualiza la Revolución de Mayo en la actualidad y, a partir de ese marco, se desarrolla la obra donde los criollos buscan liberarse de las cadenas de España.
En “Vamos, don José, ¡adelante y con fe!” de Adela Basch, San Martín se reúne con hombres y mujeres para decidir cómo van a armarse contra los españoles. Aquí el humor está dado por los malentendidos que surgen de la comprensión literal de expresiones metafóricas.
“Un hombre respetado tiene más de tres criados” de Didi Grau es una obra en una escena en la que predomina la ironía como estrategia del humor puesta en juego para denunciar la explotación de los criados en la época colonial.
“Una bandera que el pueblo quiera” de Adela Basch presenta el momento en que Belgrano crea la bandera nacional.
En “¿La moda incomoda?” de Didi Grau se cuenta la historia de un peinetón en la cabeza de una mujer y cómo, a veces, la moda puede ser una trampa cuando sopla un viento fuerte.

Las ilustraciones de Didi Grau refuerzan la puesta en juego del humor en cada una de las obras a partir de la utilización de la estética de la historieta, el contraste en las dimensiones de los personajes y el uso de la tipografía como recurso retórico en la ilustración.
Ocho obras de teatro para conocer un poco más de nuestra historia con mucho humor.
Espero sus comentarios, 
Besos, 
Val 
  

martes, 11 de diciembre de 2012

Libros del mundo II: desde España El florido pensil.






Hace unos meses hablé de los pensiles, como aquellos libros destinados a las niñas de otras épocas para educarlas según las pautas de urbanidad vigentes en otros contextos sociohistóricos. En esa oportunidad hice referencia a un libro que había estado buscando en Barcelona el año pasado y que no había encontrado: El florido pensil de Andrés Sopeña Monsalve publicado en De Bolsillo, 2001. Finalmente, gracias a la generosidad de su autor, hace un tiempo me llegó el libro por correo y hoy puedo compartirlo con ustedes.

El florido pensil se propone contar cómo fue la educación o deseducación de los niños durante el nacionalismo católico en España, es decir, durante la dictadura de Franco. A través de ejemplos de libros de lectura, de sus experiencias de infancia, de citas de refranes y fragmentos de textos para niños y niñas, Sopeña Monsalve nos acerca cómo se pensó la educación de los niños durante ese período histórico.

El libro se divide en tres partes. En la primera titulada “Pilarín, Periquillo y todo lo demás” cuenta las desventuras con su maestro a partir de los problemas matemáticos que de manera disparatada respondía el niño y recibía del maestro castigos y admoniciones; la clase de religión conforma otro apartado de esta primera parte donde el niño debe aprender de memoria saberes religiosos sin ton ni son y se equivoca una y otra vez para furia del maestro. Además, en este apartado relata algunos malentendidos que tiene con el sacerdote que iba a la escuela los días sábado por osar decir que a pesar de que no lo ve en misa porque hay mucha gente lo reconoce por su voz “aguardentosa”. En estas clases, el maestro advertía de los peligros de ver películas policiales porque, decía, de allí sacaban “los niños la afición por robar” y, porque, además, por si fuera poco, “en el cine te puedes pillar cualquier cosa, microbios mayormente, como el de la tuberculosis.” Otro apartado de esta primera parte es la representación de los niños pobres en los libros de lectura, la beneficencia como una virtud, la ambición material como un defecto. Y por último, una pastilla humorística a partir de una regla mnemotécnica que genera algunas confusiones en el niño.

La segunda parte, titulada “Al fin jueves, muestra algunas costumbres de la época: el uso de la radio, la práctica de la lectura de historietas de Roberto Alcázar y una galería de libros de lectura de la época –con reproducciones de sus portadas- y la ida al cine algunos jueves para ver películas de cowboys pero allí tampoco se libraban de la educación franquista porque antes de ver la película programada estaba la propaganda oficial también a través de filmaciones que mostraban a Franco en su vida cotidiana y en sus actividades de gobierno.

La tercera parte, “El florido pensil”, donde por un lado se vinculan las lecturas que debían leer los niños con la enseñanza moral y los juegos infantiles, la omnipresencia del discurso religioso y la educación cívica con un nacionalismo español recalcitrante.

Cierra el libro el Epílogo donde Sopeña Monsalve da cuenta de la ideología que sustentó esa educación nacionalcatólica en España. Por ejemplo, dice:

“Tras las anécdota de la vacua y retórica exaltación imperialista y patriotera, de la delirante reinterpretación epopéyica de la historia, del guiñolesco culto a la personalidad, del tenebroso catolicismo integrista, estaba, permanente como la funeraria, la categoría de la constante evocación simbólica de las ideas de jerarquía, unidad, patria, raza, nacionalismo, autoridad, disciplina, tradición, familia...La familia tradicional, sí; refugio de consaguinidad y afecto, remanso de bienestar y felicidad. Pero rigurosamente jerarquizada y sexualmente partida en dos; sede natural del porquesianismo, el puñetazo en la mesa y la patada al perro; escuela de machismo y de resignación; y justificación analógica de la organización social y política más conservadora.”

El florido pensil es un riguroso trabajo de investigación bibliográfica sobre cómo fue la educación de los niños en este período histórico atravesado por anécdotas humorísticas y por las propias vivencias infantiles del autor. Un libro que es, además de una historia deliciosa de la educación infantil, un tratado sobre la memoria de la educación española durante el extenso período de la dictadura franquista.
Espero sus comentarios,
Besos,
Val