En una
entrevista que Cultura LIJ le hizo a
Adela Basch en el número de marzo-abril de 2010, Adela explicitaba que le
interesaba hacer un tratamiento de la historia alejada de cierto acartonamiento
o lugar común como así también “esquivar las rigideces y estereotipación” con
que se suelen mostrar los próceres, como se puede ver en sus textos José de San Martín caballero del principio
al fin y Belgrano hace bandera y le
sale de primera
En Teatro e Historia ¡cantemos victoria! (Ediciones
Abran cancha, 2012) incurre en este
desafío y lo hace redoblado, con la coautoría
y las ilustraciones de Didi Grau, en ocho obras de teatro que cuentan
episodios de y en la
Revolución de Mayo.
Cada una de
las obras de teatro que se incluyen en este libro, apuestan al uso de la rima
en la construcción discursiva de los personajes, a los malentendidos, al uso de
refranes y modismos rioplatenses, a mostrar a las figuras políticas de la
revolución en la vida cotidiana y en situaciones humorísticas, y a –a través
del humor- deschavar usos y costumbres de la época.
Por
ejemplo, en “Yo no me callo, ¡se viene el 25 de mayo!” de Adela Basch, nos
encontramos con dos presentadores que se dirigen al público invitándolo a
viajar hacia el pasado y contextualizan en la apertura de cada escena dónde nos
encontramos como lectores/público. Con humor se presentan las tensiones entre
los criollos que quieren ser libres y los intereses de España en las colonias,
a través de la figura ridiculizada del Virrey que grita y quiere poner orden
desde arriba de una mesa: “Yo gobierno en nombre del rey de España, y al que no
me obedezca lo voy a sacar de las pestañas.”
En “Don
Gervasio y Doña Rosa charlan de maridos y de esposas” Didi Grau construye a
partir de los nombres connotativos de los personajes una crítica desde el humor
a la costumbre de las mujeres patricias de usar los apellidos de casadas y presenta a la tertulia como reunión social
donde se “ponen al día las novedades sociales.” Así en un diálogo entre Don
Gervasio y Doña Rosa, los chismes de casamientos y relaciones amorosas de la
época, nos permiten descubrir el uso del humor lingüístico a partir de las
asociaciones semánticas en los nombres de los personajes. Por ejemplo, Don
Gervasio le cuenta a Doña Rosa que “Marianita ya era de familia de gran caudal.
Y ahora que es Marianita Torrente Ríos de Montes y Montaña...¡imagínese! Me
animaría a decir que ha pasado a ser una mujer muy acaudalada ¿no le parece?”
Las otras
obras son: “Si te querés enterar, tenés que participar” de Didi Grau que
presenta una escena de mujeres bordando
-recluidas de la actividad política y transmisoras de las novedades que
sus maridos traen de la vida pública-, Inesita la joven del grupo con ideas
transgresoras y la charla femenina sobre la belleza o fealdad de cada uno de
los patriotas.
“El 25 de mayo llega como un rayo” de Adela Basch
recontextualiza la
Revolución de Mayo en la actualidad y, a partir de ese marco,
se desarrolla la obra donde los criollos buscan liberarse de las cadenas de
España.
En “Vamos,
don José, ¡adelante y con fe!” de Adela Basch, San Martín se reúne con hombres
y mujeres para decidir cómo van a armarse contra los españoles. Aquí el humor
está dado por los malentendidos que surgen de la comprensión literal de
expresiones metafóricas.
“Un hombre
respetado tiene más de tres criados” de Didi Grau es una obra en una escena en
la que predomina la ironía como estrategia del humor puesta en juego para
denunciar la explotación de los criados en la época colonial.
“Una
bandera que el pueblo quiera” de Adela Basch presenta el momento en que
Belgrano crea la bandera nacional.
En “¿La
moda incomoda?” de Didi Grau se cuenta la historia de un peinetón en la cabeza
de una mujer y cómo, a veces, la moda puede ser una trampa cuando sopla un
viento fuerte.
Las
ilustraciones de Didi Grau refuerzan la puesta en juego del humor en cada una
de las obras a partir de la utilización de la estética de la historieta, el
contraste en las dimensiones de los personajes y el uso de la tipografía como
recurso retórico en la ilustración.
Ocho obras
de teatro para conocer un poco más de nuestra historia con mucho humor.
Espero sus comentarios,
Besos,
Val
Me puse muy contenta al leer esta entrada. Este año mis alumnos se animaron al doble desafío de leer e interpretar a la vez. En agosto fue la obra de San Martín en escenario y ante la presencia de gran parte de la comunidad educativa. Mientras que hace unos días se presentó en una clase abierta en el aula, la de Belgrano.
ResponderEliminarPadres, alumnos y la profe, ¡contentos!.
Qué bueno, Adriana, lo que contás. A mí me gustaron mucho estos textos, muestran una época con humor pero no rehuyen la crítica política. Besos,
ResponderEliminarEn octubre 2010 presenté con otro cuarto grado "Colón agarra viaje a toda costa", de Adela Basch, obviamente. En esta obra se explica claramente cuáles eran los intereses europeos. Es muy divertida porque tiene muchas rimas y juegos de palabras.
ResponderEliminarActualmente estos alumnos están en sexto pero se acuerdan de esta obra.
Colón...es una obra muy divertida, también! Es interesante lo que contás porque da cuenta de que cuando proponemos como docentes textos interesantes lxs chicxs se interesan y leen y, como vos decís, recuerdan el texto.
ResponderEliminarBesos,