lunes, 30 de agosto de 2010

Del otro lado del charco I


El otro fin de semana estuve en Montevideo con la excusa de ver a mi hermana Mónica cantar Las bodas de Fígaro en el Teatro Solís. Además de ir a la ópera, nos dedicamos a recorrer las librerías montevideanas en busca de algún hallazgo. En mi caso, buscaba especialmente literatura para niños.

En esta primera entrega, voy a reseñar uno de los libros que me compré: Helguera, Magdalena (2010) Caraclasa, Sudamericana, Montevideo, 2010. Ilustraciones de Lucía Franco.

Esta novela recibió el 2° Premio en el Concurso Anual de Literatura del Ministerio de Educación y Cultura (categoría inéditos) en 2006.


"Caraclasa" una palabra poderosa que puede transformar la realidad que se presenta diferente a como la ha imaginado la narradora. Una palabra poderosa que también atribuye poder a quien la enuncia, como si se tratara de una palabra mágica.

La novela está estructurada a partir de un narrador en primera persona que dialoga con Luna, su hermana más pequeña y narrataria del relato. A su vez, el lector funciona como destinatario de ese diálogo fraterno que tiene el fin de explicar lo que no se entiende, mostrar los sentimientos de la narradora, traducir lo desconocido en una lengua apta para ser comprendida por Luna, su hermanita de seis meses. Y enseñar la palabra "caraclasa" para que juntas, la narradora y Luna, puedan modificar el mundo en el que viven.

El relato dialoga con la novela Historias a Fernández de Ema Wolf donde también la narradora le habla a su gato, aunque en el caso de la novela de Helguera sabemos desde las primeras líneas quién es el destinatario. La historia que se cuenta está plagada de referencias a la oralidad y al acto de narrar en tanto discurso que involucra a otros que escuchan y, por ello, es necesario mantener la atención, apelar al destinatario y hacer todo lo posible para generar interés.

A su vez, la historia tiene algo de diario íntimo ya que la narradora le cuenta a Luna sus pensamientos, inquietudes, temores, deseos y sueños. Narra su tristeza por mudarse de Maldonado a Montevideo, sus temores por haber sido la causa del nacimiento prematuro de Luna, la historia de su abuela Ana, los secretos de su hermanastro César.

En Caraclasa la historia reciente uruguaya también está presente, ya sea por la referencia al exilio del padre de la narradora o por las menciones a la situación socioeconómica dificultosa que tiene la familia.

Con todo, esta novela muestra el universo infantil desde la percepción de una niña ya sea por el uso de un lenguaje infantil como así también por un modo de ver el mundo desde la lente singular de la infancia.



martes, 24 de agosto de 2010

El puerco cretino




Sobre La balada del basilisco de Alberto Pez y Roberto Cubillas, publicado en Libros álbum del eclipse, 2008.

Una condición es la que habilita al puerco cretino a salir de su escondite: "Si el monte es cerrado. Si hay luna escondida y la noche es muy negra..." Cuidado lector, si te topás con alguna de estas condiciones "Peligra tu vida." Este es el juego que proponen Pez y Cubillas, apelando directamente al lector-viajero en un tono claro de advertencia, que recupera la tradición oral y la musicalidad de los romances.

La historia del puerco cretino se enlaza, también, con las figuras terroríficas de ciertas leyendas. El puerco cretino asusta y roba a los viajeros. Todos huyen cuando lo ven, hasta los fantasmas, el lobizón y el Chancho negro.
Y es el pueblo quien explica, ante el clamor del narrador y del lector incluido en el relato, que ese monstruo es "BASILISCO se llama/el muy caprichoso, el PUERCO CRETINO."
A pesar de que Basilisco aterroriza al pueblo y viene descripto por el narrador como "malo", "feo", "horrendo", "esquivo", "malvado y ladino"; el narrador confiesa su simpatía hacia el puerco cretino en una clara complicidad con esos personajes terroríficos que gustan a los lectores amantes del género.


La balada del basilisco es una invitación a un mundo negro, con figuras cortantes que se superponen y presentan un universo de oscuridad siniestro que nos recuerda al expresionismo alemán. Colmillos, ojos desorbitados, calaveras, figuras fantasmales, negrura de bosques; imágenes que Cubillas presenta en un juego intertextual con las historias de terror y con los saberes que los lectores poseemos acerca de estas historias que se transmiten de boca en boca y que se agigantan una y otra vez, cada vez que un lector les pone su propia voz.

lunes, 16 de agosto de 2010

No fue como dicen los cuentos







Sobre La durmiente de María Teresa Andruetto e Istvansch publicado en Alfaguara infantil, 2010.

Apropiarse de lo conocido y reinventarlo. Tomar lo dado y reescribirlo para contar otra historia, oculta, clandestina. Una que tiene como protagonista a una mujer durmiente. ¿La bella durmiente?

Una princesa que nace en un reino que le da la bienvenida. Una durmiente que duerme "en una cuna de oro con ribetes de plata." Una durmiente que duerme y despierta no por los efectos de un hechizo. Duerme para no ver la dura realidad, aquella silenciada: "una vieja muy vieja hurgando unos restos, un niño perdido, una casa con hambre y un almuerzo con papas."

El tiempo transcurre y la princesa sigue durmiendo. Sólo los sonidos de la lucha logran despertarla del sueño de la negación.

En este libro, Andruetto e Itsvansch se apropian de la historia del cuento de hadas conocido por todos y la transforman en un texto político, un alegato contra la injusticia del poder y a favor de la fuerza de la lucha de los pueblos.
El texto de Andruetto nos remite a las historias de princesas, reyes y reinas pero subvertidas, ya no se trata de un mundo feliz sino con imperfecciones. Y las ilustraciones de Istvansch se transforman página a página para contar una historia con referencias histórico-culturales a partir del uso del collage de imágenes de revistas y diarios de otros tiempos donde la figura de la mujer va mutando de acuerdo con los dictados de cada época. Las imágenes superponen distintos registros: el delineado en negro de figuras de trazo grueso superpuestas con fotos, recortes de diarios, objetos cotidianos y, una apuesta jugada, la reproducción de obras plásticas -que se citan al final del libro para guía del lector- que remiten a escenas de luchas populares por la libertad y la dignidad.

La durmiente, entonces, se presenta en el escenario de la literatura infantil argentina como un texto insoslayable con el que tanto Andruetto como Istvansch demuestran, una vez más -como ya lo habían hecho en Trenes (2007)-, el talento para contar historias con palabras e imágenes, donde la poesía narra otra historia que "no fue como dicen los cuentos."

domingo, 15 de agosto de 2010

Colaboraciones I: el fluir de la poesía




Cuando creé este blog, pensé que además de ser un espacio donde poder publicar mis lecturas y comentarios sobre la literatura y la cultura infantil, también podía ser un lugar para que otros pudieran expresar sus puntos de vista sobre las poéticas de infancia. Con este post, escrito por Melisa -amiga y ex alumna del seminario de Poéticas de la literatura para niños en el IES 1- inauguro esta sección con una reseña sobre el texto Como agua de Eduardo Gimenez y Cecilia Esteves publicado en Libros del Eclipse en 2009.


Presientes: el deseo, la inquietud; otro deseo, la lluvia, el frío, la risa. Sientes: ganas de irte y de quedarte. Descubres: los recuerdos, la memoria. Te pones: nervioso, a resguardo, de pie.

Los autores nombran con imágenes aquello que se escurre en las imposibilidades del lenguaje: lo escindido e incompleto del decir puede manifestarse en los textos de Eduardo Abel Gimenez y en las ilustraciones de Cecilia Afonso Esteves, multiplicando los códigos.

A través de la prosa poética y de las imágenes sensibles, que nos rodean con sus colores tenues, podemos iniciarnos en la búsqueda íntima del sentido, volviéndonos universales, solitarios, simples como el agua. Pero esta búsqueda se inquieta y se tensa, porque apela y necesita un lector capaz de insertarse en una actividad de desciframiento y construcción. Son los lectores quienes deben reescribir con su lectura lo que proponen los autores. Sólo así, el libro álbum se completa, saliendo de sus páginas y retomando con el pulso del lector.

La interconexión de códigos que propone el libro álbum hace que el lector vaya construyendo el significado. Se nombran las nubes, la lluvia, un charco, las olas, una cascada, un vidrio empeñado, un arroyo, la marea baja; pero la palabra agua no es nombrada. Fluye en la imagen creando la dependencia entre código narrativo y plástico.

El sentido se sostiene en la tensión entre lo narrado gramaticalmente y lo narrado iconográficamente. Esta sumatoria de recursos amplía los horizontes para la interpretación.

En el nivel de las imágenes se quiebra el orden rectilíneo de la prosa y el hilo semántico se transforma en espiral de significado.

Lo no dicho en la narración se instala más allá del silencio como portador de imágenes que funcionan como pauta para la verbalización.

Eduardo y Cecilia han diseñado una obra que trasmite el fluir de la poesía y la dibuja, descubriéndola como el agua. Ambos autores, multifacéticos, aportan desde su especialidad una poética que apela a un lector sensible e intuitivo, capaz de recorrer las páginas, detenerse, como ellos y como el agua.


Espero que les guste la reseña de Melisa y que, los que quieran participar, me manden por mail sus reseñas. Saludos,

Val




martes, 10 de agosto de 2010

Una historia de mujeres











Sobre Peleonas, Mentirosas y Haraganas con texto de Didi Grau, ilustraciones de Christian Montenegro y diseño de Laura Varsky, publicado en Libros del Eclipse, 2007.



Tres hermanas: Fulana, Mengana y Zutana. Tres hermanas vestidas a la moda real, como tres princesas de otra época. Tres hermanas que, al inicio del libro, son descriptas como "hermanas tercas, descorteses y haraganas", lo contrario de las buenas costumbres. Tres hermanas que como no les da la gana, desobedecen a su madre. Tres hermanas dispuestas a ir a contrapelo de lo instituido: "peleonas, mentirosas y haraganas." Hasta que llega el Conde de Rabana y quiere conocer a las hermanas. Cada una decide cambiar de nombre, travestirse en otra -Rosana, Juliana y Mariana- para seducir al visitante. Cada transformación viene acompañada de un cambio en la imagen, como lo atestiguan las ilustraciones de Montenegro. Además, la enunciación de cada nombre inventado para cambiar de identidad produce desconcierto en las otras hermanas y ese desconcierto está dado por la presencia de signos de interrogación y admiración dando cuenta del sentir de los personajes. Pero el engaño dura poco, el universo femenino devela las verdaderas identidades a través de dedos acusadores que desmienten los nombres inventados y el Conde Rabana, desconcertado él también, pregunta "¿Estais todas sanas?"

El desenlace no se hace esperar. Las tres hermanas "sucias, solteronas y haraganas" se transforman en "amables, veraces, muy ufanas" y mutan la expresión de sus caras gracias a "que un buen día conocen tres lindos novios en La Habana", "Fulano, Mengano y Zutano."

En este libro álbum se relata una historia donde las mujeres son las protagonistas a través de la musicalidad y el ritmo de la tradición oral en la repetición de los atributos de las hermanas como así también sus nombres y, además, se incorpora el interjuego entre las palabras y las imágenes que relatan de manera conjunta una historia acerca del mundo femenino.

Mujeres desobedientes, haraganas, tercas, mentirosas, descorteses, sucias, solteronas que por la fuerza del amor se transforman en otras, en mujeres acorde a lo que la sociedad espera de ellas.











jueves, 5 de agosto de 2010

El poder de la imaginación















Sobre Una ballena de patas cortas de Ethel Batista y Eva Mastrogiulo, editado en Libros del eclipse, 2010.

Entrar a este libro álbum es recorrer un universo infantil donde la mirada de Roco, el niño en cuestión, busca un modo de resistir a los discursos de los adultos, ya sea su madre o su maestra, usando como instrumento la imaginación. Casi como el personaje niño de Fanny y Alexander, el film de Igmar Bergman que muestra cómo el niño Bergman busca en la imaginación escapar de la rígida educación de su padrastro.

Aquí Roco está cansado de que lo reten en casa, pero la escuela tampoco le depara un destino mejor. Su maestra, caracterizada como "un rojo tomate asesino" de tanto gritar, lo reta y le augura una mala nota. Roco resiste diciendo "Qué me importa". La ilustración de Mastrogiulo muestra a una maestra transformada en tomate y atravesada por los discursos escolares ligados a las buenas costumbres a una moral escolar fuertemente disciplinadora.

Llega el día del animal y la maestra hace la pregunta tan temida, pregunta que arrastra una representación de niños fuertemente homogeneizada: "¿Qué mascotas tienen en su casa?" Cada una de las respuestas de los chicos está dibujada con las caligrafías infantiles acompañadas por los animales . Pero Roco no sabe qué responder. Y ahí está la imaginación para salvarlo: "Yo en mi casa tengo una ballena." Esta afirmación categórica, escrita en una grafía infantil, desata una historia desopilante que ni maestra ni compañeros creen posible.

Es así como la ballena inventada por Roco cobra vida. Devora los gritos y los retos, visibiliza a Roco, recorre el barrio y dispara un sinfín de preguntas que Roco debe responder una y otra vez.

La ballena imaginada cobra dimensiones insospechadas y Roco "siente que lo va a aplastar", entonces decide matar a este animal de fantasía. En la escuela anuncia que "la ballena se murió". El texto se puebla de las voces de los niños y la maestra.

La historia de Roco y su ballena es un alegato contra los discursos homogeneizadores de la escuela y una apuesta a cómo la imaginación puede ser un instrumento poderoso para transformar la realidad.

Las ilustraciones de Mastrogiulo interpretan y reinterpretan la historia incorporando múltiples voces a través de las grafías de niños en edad escolar y mostrando cómo la ballena se va transformando de animal de fantasía que le permite a Roco evadirse e inventarse otra realidad a un animal que pesa como si se tratara de una gran mentira y que va cobrando, página a página, enormes dimensiones. Entre el dibujo y el collage, la letra impresa y la mirada de Roco, se narra la historia de Una ballena de patas cortas.