jueves, 27 de junio de 2019

El primer libro ilustrado: Orbis Sensualium Pictus

Durante muchos años, cuando presentaba en mis clases la historia de los libros ilustrados, empezaba haciendo referencia al famoso Orbis Pictus del monje holandés Comenius. Buscaba algunas fotografías en internet y las compartía con lxs estudiantes. Este año, en la Feria del libro, entre las novedades de Libros del Zorro Rojo me encontré con la edición facsimilar del Orbis Sensalium Pictus de la primera edición publicada en Nuremberg en 1658.



Este libro fue pensado como un texto escolar para la enseñanza del latín a partir del uso de imágenes. Es decir, nos encontramos con la presentación, tal como lo plantea Comenio, "de todas las cosas fundamentales del mundo y de las acciones de la vida", utilizando imágenes y haciendo breves descripciones de las partes de las ilustraciones.



El método pedagógico que presenta Comenio en este libro busca utilizar las imágenes como instrumento para la apropiación del latín y, lo más interesante, es que propone que el aprendizaje sea placentero y, como muchos siglos después decía el pedagogo Calixto Oyuela en nuestro país, "aprender deleitándose".



Esta edición del Orbis Sensalium Pictus está cuidadosamente editada, y nos invita a, día a día, ir descubriendo un término nuevo, a partir de la imagen y el texto explicativo, con los términos específicos resaltados.



Una muy buena idea de la editorial, rescatar este clásico de la historia de la ilustración en libros para niñxs. 

sábado, 22 de junio de 2019

Salir al cielo para iluminar

Empieza el invierno y, después de más de un año, vuelvo a escribir por acá. Para retomar el diálogo, comparto este bello texto de la querida Liliana Bodoc. Nos seguimos leyendo. 



Inti Raimi
Yo sé muy poco sobre los dioses, casi nada. No sé donde habitan.. no sé si duermen... Tampoco sé si llevan cuenta de cada uno de nosotros y nuestros actos. Ignoro si se pronuncian en plural, en mayúscula, hacia el Este, hacia el río.
Yo no sé casi nada sobre Dios, pero cuando deseo imaginarlo se me aparece el sol... Omnipresente, justo, indoblegable. Contra el que nada pueden las cadenas ni los señuelos de oro. Nada más parecido a Dios que este sol nuestro, principio de la vida, tan lejos y tan cerca.
Y nosotros, sus hijos, queriendo hacernos a su semejanza: justos, indoblegables. Sin que puedan contra nosotros las cadenas o los señuelos de oro.
Y aquí sus hijos, adeudándole la mejor de todas las ofrendas, la única que el sol puede esperar. Salir al cielo, iluminar un día
la primera mañana sin hambrientos
la primera mañana sin espanto
la primera mañana de los hombres.
Salir al cielo para iluminar
la primera mañana sin esclavos.
Liliana Bodoc