martes, 11 de diciembre de 2012

Libros del mundo II: desde España El florido pensil.






Hace unos meses hablé de los pensiles, como aquellos libros destinados a las niñas de otras épocas para educarlas según las pautas de urbanidad vigentes en otros contextos sociohistóricos. En esa oportunidad hice referencia a un libro que había estado buscando en Barcelona el año pasado y que no había encontrado: El florido pensil de Andrés Sopeña Monsalve publicado en De Bolsillo, 2001. Finalmente, gracias a la generosidad de su autor, hace un tiempo me llegó el libro por correo y hoy puedo compartirlo con ustedes.

El florido pensil se propone contar cómo fue la educación o deseducación de los niños durante el nacionalismo católico en España, es decir, durante la dictadura de Franco. A través de ejemplos de libros de lectura, de sus experiencias de infancia, de citas de refranes y fragmentos de textos para niños y niñas, Sopeña Monsalve nos acerca cómo se pensó la educación de los niños durante ese período histórico.

El libro se divide en tres partes. En la primera titulada “Pilarín, Periquillo y todo lo demás” cuenta las desventuras con su maestro a partir de los problemas matemáticos que de manera disparatada respondía el niño y recibía del maestro castigos y admoniciones; la clase de religión conforma otro apartado de esta primera parte donde el niño debe aprender de memoria saberes religiosos sin ton ni son y se equivoca una y otra vez para furia del maestro. Además, en este apartado relata algunos malentendidos que tiene con el sacerdote que iba a la escuela los días sábado por osar decir que a pesar de que no lo ve en misa porque hay mucha gente lo reconoce por su voz “aguardentosa”. En estas clases, el maestro advertía de los peligros de ver películas policiales porque, decía, de allí sacaban “los niños la afición por robar” y, porque, además, por si fuera poco, “en el cine te puedes pillar cualquier cosa, microbios mayormente, como el de la tuberculosis.” Otro apartado de esta primera parte es la representación de los niños pobres en los libros de lectura, la beneficencia como una virtud, la ambición material como un defecto. Y por último, una pastilla humorística a partir de una regla mnemotécnica que genera algunas confusiones en el niño.

La segunda parte, titulada “Al fin jueves, muestra algunas costumbres de la época: el uso de la radio, la práctica de la lectura de historietas de Roberto Alcázar y una galería de libros de lectura de la época –con reproducciones de sus portadas- y la ida al cine algunos jueves para ver películas de cowboys pero allí tampoco se libraban de la educación franquista porque antes de ver la película programada estaba la propaganda oficial también a través de filmaciones que mostraban a Franco en su vida cotidiana y en sus actividades de gobierno.

La tercera parte, “El florido pensil”, donde por un lado se vinculan las lecturas que debían leer los niños con la enseñanza moral y los juegos infantiles, la omnipresencia del discurso religioso y la educación cívica con un nacionalismo español recalcitrante.

Cierra el libro el Epílogo donde Sopeña Monsalve da cuenta de la ideología que sustentó esa educación nacionalcatólica en España. Por ejemplo, dice:

“Tras las anécdota de la vacua y retórica exaltación imperialista y patriotera, de la delirante reinterpretación epopéyica de la historia, del guiñolesco culto a la personalidad, del tenebroso catolicismo integrista, estaba, permanente como la funeraria, la categoría de la constante evocación simbólica de las ideas de jerarquía, unidad, patria, raza, nacionalismo, autoridad, disciplina, tradición, familia...La familia tradicional, sí; refugio de consaguinidad y afecto, remanso de bienestar y felicidad. Pero rigurosamente jerarquizada y sexualmente partida en dos; sede natural del porquesianismo, el puñetazo en la mesa y la patada al perro; escuela de machismo y de resignación; y justificación analógica de la organización social y política más conservadora.”

El florido pensil es un riguroso trabajo de investigación bibliográfica sobre cómo fue la educación de los niños en este período histórico atravesado por anécdotas humorísticas y por las propias vivencias infantiles del autor. Un libro que es, además de una historia deliciosa de la educación infantil, un tratado sobre la memoria de la educación española durante el extenso período de la dictadura franquista.
Espero sus comentarios,
Besos,
Val

1 comentario:

  1. Hola, hemos agregado un trackback (enlace hacia este artículo) en el nuestro ya que nos pareció muy interesante la información detallada pero no quisimos copiarla, sino que nuestros lectores vengan directamente a la fuente. Gracias... simit.org.co

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