viernes, 18 de marzo de 2016

Última entrega: librerías y libros en viaje



Como todo viaje que se precie, las librerías y los libros siempre tienen que estar presentes. Además de los libros que llevamos en la valija y que trasladamos de una ciudad a otra, también están los libros que una encuentra en el camino, en las distintas librerías que recorre en cada ciudad que llega.


Así, en París, además de la belleza de la ciudad, pude descubrir el encanto de algunas librerías que fui encontrando casi sin querer. La histórica librería Shakespeare & Company, de la que ya hablé alguna vez aquí, en la orilla izquierda, a metros del Sena y de la casa donde Julio Cortázar escribió Rayuela. Ahí la literatura para niñ@s tiene un rincón debajo de una escalera, donde no solo hay libros en inglés sino también algunos en francés.



En uno de los famosos pasajes que Cortázar inmortalizó en el relato “El otro cielo”, también las librerías y jugueterías dan presente. Así me encontré en el Passage des Princess una juguetería con muñecas y juegos de distintas épocas que era un festín para los ojos y para las infancias.

Galerie Vivienne


Amsterdam me sorprendió con sus libros a la mano de los transeúntes, en la puerta de una casa. Y las librerías de viejo pero con la dificultad de no leer neerlandés. 




En Alemania, la librería Hugendubel es un universo de libros para niñ@s y adultos que en cada ciudad que visité me esperó con algunas sorpresas.


Un rincón en la ciudad de Munich 


Y Barcelona, fue una fiesta de libros y librerías donde pasear por Laie, La Central (del Barrio Gótico, el Raval y Gracia) y la Casa del libro en Passeig de Gracia, cada una con su particularidad y encanto, con sus rincones de literatura para niñ@s y algunos hallazgos bien interesantes. 
La Pedrera de Guadí

Plaza Real en Barcelona

La Central en el barrio el Raval

Cada hora que pasé –y fueron muchas- en estas librerías fue un placer secreto y maravilloso. Algunos hallazgos: de mi amado Jimmy Liao Paisaje de amor (Barbara Fiore, 2015), Ojalá pudiera formular un deseo (Barbara Fiore, 2014), El pez que sonreía (Barbara Fiore, 2010) y ¿Verdad o mentira? (Barbara Fiore, 2015); de una ilustradora y autora polaca Iwona Chmielewska, el maravilloso libro Ojos de la editorial, para mí desconocida, Tramuntana. 








Y, por último –en algún momento hay que decir basta sino las valijas no resisten el peso-, el bellísimo libro de la autora colombiana Irene Vasco Letras al carbón (Juventud, 2015), que ya reseñaré en otro post.



Además, en las valijas de regreso viajaron Ungaretti y Tsvetaieva, Barthes y Benjamin, Walser y Blanchot, Juliano y Butler, Quignard y Eagleton, entre otrxs. Por suerte también existe el ebook y la Tablet que me permitieron cargar muchos más con menos peso.

¿Quién dijo que un viaje sin libros no es un viaje? 
Nos seguimos leyendo. 

  

2 comentarios:

  1. Vale: ¿el Passage des princess está en la Galerie Vivienne que se ve en la foto?
    Todas hermosas postales: la de los libros al paso en Amsterdam, ese rincón bajo nieve de Munich, la inconfundible Pedrera... y las tapas de Jimmy Liao pletóricas de colores vibrantes. ¡Gracias!
    Un beso,
    Natalia.

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  2. Natalia, no el Passage des Princes es otro pasaje. Gracias por tu comentario

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