lunes, 21 de marzo de 2016

Poesía en el Día Mundial de la Poesía



Como dice la poeta Olga Orozco, "la poesía puede presentarse al lector bajo la apariencia de muchas encarnaciones diferentes, combinadas, antagónicas, simultáneas o totalmente aisladas, de acuerdo con la voz que convoca en sus apariciones. Puede ser, por ejemplo, una dama oprimida por la armadura de rígidos preceptos, una bailarina de caja de música que repite su giro gracioso y restringido, una pitonisa que recibe el dictado del oráculo y descifra las señales del porvenir, una reina de las nieves con su regazo colmado de cristales casi algebraicos, una criatura alucinada con la cabeza sumergida en una nube de insectos zumbadores, una anciana que riega las plantas de un reducido jardín, una heroína que canta en medio de la hoguera, un pájaro que huye, una boca cerrada. Las imágenes creadas por sus resonancias se fijan, se superponen, se suceden. ¿Cuál será la figura verdadera en este inagotable calidoscopio?" (Orozco, 2013:465).
Es cierto, la poesía puede presentarse de diferentes modos y producir múltiples efectos en lxs lectorxs, pero siempre es una experiencia estética que nos convoca de alguna manera, que nos interpela y no nos deja indemnes.

Hoy quiero compartir algunas poesías que me gustan mucho para festejar el Día Mundial de la Poesía e invitar a que leamos cada vez más poesía y compartamos en los espacios de la formación más lectura de poesía.

"Callao" de Adela Basch

El hombre camina envuelto
en un espeso silencio
y es peso sobre su espalda
la carga de una palabra
que a nadie le va diciendo.
Es paso lento su andar
en el espacio nocturno
mientras, despacio, el mundo
cambia un poco de lugar.
Esposo fiel, el silencio
abraza mudo a la noche
y es pozo de los misterios
que callan todas la voces.
El hombre va por la calle
con el corazón contento
porque le brota de adentro
una canción de silencio.
Va el hombre sobre el asfalto
caminando sin apuro
y de puro caminar
la ciudad se le hace canto,
muda canción sin palabras
que labra el cielo callado.
Canto profundo, infinito
va desplegando el silencio
mientras, con labios cerrados
el hombre va caminando
por el horizonte inmenso
de la avenida, Callao.


"25 de mayo Niebla" de Jimmy Liao

Al amanecer voy a pie hasta la orilla del río,
donde leo en silencio, mientras espero.
Dos patos se acercan para charlar conmigo
sobre el menú del almuerzo.


"Misterio" de Laura Devetach

¿Cuál será el misterio
de las piedras
de colores?
Sólo el río las enciende
como soles.


"Levanté un tallo seco" de Jorge Luján extraído de Palabras manzana

Levanté un tallo seco
y en el aire
                 se hizo flor

Aspiré su aroma
y la vi alejarse
                       mariposa



"Copla imposible" de Cecilia Pisos

¿Quién oye hablar a los peces
o callarse a las cigarras?
¿Quién es que escala los ríos
y quién nada en las montañas?

"Peces" de María Cristina Ramos

Dentro del espejo,
en agua de olvido,
hay un pez de sombra
que se me ha perdido.

En agua de soles,
de árbol florido,
hay un pez naranja
en busca de nido.

En agua de cielo,
de estanque sombrío,
hay cientos de peces
de luz encendidos.

Podría seguir transcribiendo poemas que me gustan mucho infinitamente.
¿Qué poemas son sus preferidos? ¿Los comparten?




2 comentarios:

  1. ¡Qué hermoso repertorio, Vale!
    Aquí va uno de mis poemas favoritos:

    "El árbol de lilas", de María Teresa Andruetto

    UNO

    Él se sentó a esperar
    bajo la sombra
    de un árbol
    florecido de lilas.

    Pasó un señor rico
    y le preguntó:
    ¿Qué hace sentado
    bajo este árbol,
    en vez de trabajar
    y hacer dinero?

    Y el hombre
    le contestó:

    Espero.

    Pasó una mujer hermosa y le preguntó:
    ¿Qué hace sentado bajo este árbol,
    en vez de conquistarme?

    Y el hombre le contestó:

    Espero.

    Pasó un niño y le preguntó:
    ¿Qué hace Usted, señor,
    sentado bajo este árbol,
    en vez de jugar?

    Y el hombre le contestó:

    Espero.

    Pasó la madre y le preguntó:
    ¿Qué hace este hijo mío,
    sentado bajo un árbol,
    en vez de ser feliz?

    Y el hombre le contestó:

    Espero.

    DOS

    Ella salió de su casa.
    Cruzó la calle, atravesó la plaza
    y pasó junto al árbol florecido de lilas.
    Miró rápidamente al hombre.
    Al árbol.
    Pero no se detuvo.
    Había salido a buscar, y tenía prisa.

    Él la vio pasar,
    alejarse,
    volverse pequeña,
    desaparecer.
    Y se quedó mirando
    el suelo nevado de lilas.

    Ella fue por el mundo
    a buscar.
    Por el mundo entero.

    En el Norte había un hombre
    con la voz quebrada.
    Ella preguntó:

    ¿Sos el que busco?
    No, no soy yo,

    dijo el hombre con la voz quebrada.
    Y se marchó.

    En el Sur había un hombre
    con los ojos de agua.
    Ella preguntó:

    ¿Sos el que busco?
    No lo creo, me voy,

    dijo el hombre con los ojos de agua.
    Y se marchó.

    En el Este había un hombre
    con las manos de seda.
    Ella preguntó:

    ¿Sos el que busco?
    Lo siento, pero no,

    dijo el hombre con las manos de seda.
    Y se marchó.

    En el Oeste había un hombre
    con los pies de alas.
    Ella preguntó:

    ¿Sos el que busco?
    Te esperaba hace tiempo,
    ahora no,

    dijo el hombre con los pies de alas.
    Y se marchó.

    TRES

    Ella siguió por el mundo buscando, por el mundo entero.
    Una tarde, subiendo una cuesta, encontró a una gitana.

    La gitana la miró y le dijo:

    El que buscas espera,
    bajo un árbol, en una plaza.

    Ella recordó al hombre con los ojos de agua,
    al que tenía las manos de seda,
    al de los pies de alas
    y al que tenía la voz quebrada.
    Y después se acordó de una plaza,
    de un árbol que tenía flores lilas,
    y del hombre que estaba sentado a su sombra.

    Entonces se volvió sobre sus pasos,
    bajó la cuesta, y atravesó el mundo.
    El mundo entero.
    Llegó a su pueblo, cruzó la plaza,
    caminó hasta el árbol y le preguntó al hombre
    que estaba sentado a su sombra:

    ¿Qué hacés aquí, sentado bajo este árbol?

    Y el hombre dijo con la voz quebrada:

    Te espero.

    Después él levantó la cabeza
    y ella vio que tenía los ojos de agua,
    la acarició y ella supo que tenía las manos de seda,
    la llevó a volar y ella supo
    que tenía también los pies de alas.

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  2. A mí también me encanta ese poema de Tere Andruetto!

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