domingo, 12 de agosto de 2012

Segunda entrega: visita al Museo Michael Ende

Uno de los espacios para visitar en el Schloss Blutenburg es el museo en homenaje a Michael Ende, el escritor alemán ya considerado un clásico de la literatura para niños, que se fundó en 1998. Luego de visitar la biblioteca para niños, donde varios anaqueles están dedicados a las obras de Ende como Momo, La historia sin fin, El ponche de los deseos, Espejo en el espejo, entre otros,



nos acercamos al museo que está en la segunda planta del mismo edificio.
Se trata de una sala donde se encuentran objetos personales del escritor, recuerdos de viajes, ediciones de sus libros, muebles, marionetas, juguetes, obras pictóricas de su padre Edgard Ende, y manuscritos que Ende donó cuando regresó a Munich, luego de su estancia en Genzano (Italia), y se hizo habitué de la biblioteca.
Recuerdos y objetos personales
En una mesa, iluminada por el sol que entra por las ventanas, el visitante puede mirar y explorar ediciones de sus libros en alemán y en más de 40 idiomas.

El recorrido se hizo más ameno gracias al señor que se encarga de recibir a los visitantes y amablemente nos fue contando y presentando el recorrido por la sala. Cuando supo que éramos argentinos, nos mostró algunas ediciones en español de la obra de Ende y se interesó por saber si sus libros se conseguían acá. También nos contó que Mariko Sato, su última mujer, fue la traductora  de sus libros al japonés y promotora de su literatura en ese país oriental. Además, nos enteramos que Ende hizo un libreto de su libro Momo para ópera que se estrenó en 1978 con música de Mark Lothar, curiosidad por mí desconocida sobre la producción de Ende.
La visita fue otro modo de redescubrir a Michael Ende y valió la pena.
Hasta la próxima entrega, besos,
Val

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