Como todos los años, excepto en el 2009 por culpa de la gripe A, visito la Feria del libro infantil y juvenil que se realiza en el predio municipal de exposición de la Ciudad de Buenos Aires. Casi siempre voy dos veces, una sola o con alguna amiga y otro día con mis sobrinos. Ayer hice la primera visita de este año con Melisa, una ex alumna y amiga. Para ella era su primera vez.
Desafiando el frío, nos encontramos en la esquina de Paseo Colón y Av. Belgrano. Tomamos el 62 y en un rato estábamos entrando a la feria que, por esta vez, cambió el ingreso a un predio justo detrás de la Facultad de Derecho.
Empezamos por el estand de Colihue, para mí siempre es el primero que miro. Ahí en otras oportunidades encontré textos inhallables como Diario de ruta del maestro Luis Iglesias o Talleres de escritura. Con las manos en la masa de Alvarado y Pampillo y otros títulos de la vieja Libros del Quirquincho. Estuvimos mirando libros, Melisa que es fanática de los libros álbum e ilustrados se zambulló en el sector donde se encontraban algunas historietas y finalmente llevó Gramática de la fantasía de Gianni Rodari que aún no tenía, escarbamos en la pila de la colección Libros del malabarista y yo me llevé Doña Clementina, Queridita la achicadora que hacía tiempo que buscaba a sólo $ 9,90 con el descuento para docentes y un libro de Carina Kaplan Talentos, dones e inteligencias a $41, que saqué de la sección para docentes.
Seguimos nuestro recorrido que, por suerte a esa hora era tranquilo, podíamos con total comodidad y que más tarde se complicaría un poco -nada que ver con los amontonamientos que he vivido otros años- con la llegada de algunos contigentes escolares.
Hicimos una pausa en Alfaguara, donde comentamos algunos títulos de Borneman que tiene una parte especial del estand como Ricardo Mariño, Silvia Schujer y otros autores argentinos y seguimos viaje. Nos habíamos propuesto comprar libros que no vimos fuera de la feria o que hacía tiempo estábamos buscando o, también, ofertas.
Cuando llegamos al estand de Fondo la cara de Melisa cambió. Habíamos llegado a su territorio preferido: los libros ilustrados y libros álbum. Sus ojitos no paraban de moverse y ver hacia dónde ir. Luego de la euforia inicial, nos dedicamos a recorrer los anaqueles, pasarnos los textos que cada una iba viendo y comentar aquellos que cada una conocía. Era difícil decidir con cuál quedarse. Yo elegí tres: Yo quería una tortuga de Beatrice Alemagna y Cristiano Mangione y luego encontré Mi amor también de la misma escritora e ilustradora italiana. Otro que descubrí, ya cuando estaba por pagar y decidí llevar, es Los ángeles de la guarda de Yassen Grigorov, un delicado libro donde se parodian y se reinventan ángeles de la guarda diversos y extraños con ilustraciones bellísimas. Los tres libros con el descuento para docentes a $72. Melisa salió indenme de este estand, no se decidió por ninguno y prefirió esperar un poco más en el recorrido.
Seguimos caminando y a veces entrábamos en algunos estands para ver si encontrábamos algo, mirábamos de reojo y seguíamos andando. En todo nuestro recorrido Melisa insistía con que teníamos que ir al de ALIJA, que ella había estado en la feria del libro de abril y que había de todo. Pero no tuvimos suerte, increíblemente en informes nos dijeron que no había ningún estand y, además, después de recorrer incrédulas toda la feria no lo pudimos encontrar.
Otro destino fue la Librería de las luces, el reino de las ofertas. Ahí descubrimos la oferta 3 x 25 de Pan Flauta. Yo elegí El hombre que debía adivinarle la edad al diablo de Javier Villafañe, El dramático caso de las señoras iguales de Beatriz Ferro y Solo y su sombra de Márgara Averbach, otra escritora que me gusta mucho. Melisa también se llevó tres: el de Beatriz Ferro, A filmar canguros míos de Ema Wolf y El viaje de un cuis muy gris de Perla Suez. También se llevó El topito Birolo a diez pesitos.
Otra parada fue en el estand de Comunicarte, donde estuve charlando con una de las promotoras y Melisa se dedicó a mirar los libros ilustrados de la colección Bicho bolita. Seguimos caminando y encontramos el estand de Pictus que edita clásicos de la literatura como Quiroga o Poe pero también tiene una colección de Pequeños libros álbum. Melisa eligió la Caperucita Roja en versión de Liliana Cinetto e ilustraciones de Mariano Díaz Prieto que compré hace unas semanas, a sólo diez pesitos.
El estand Nuestra América nos deparó el descubrimiento de cómics de autores argentinos pero no encontré ningún libro que me sorprendiera como en alguna otra visita.
En un estand que no recuerdo el nombre compré El gusanito de la manzana que alguna vez le regalé a mis sobrinos, del gran Ziraldo, también a diez pesitos.
Una parada laaaarga fue en el estand de Calibroscopio y Ekaré. Ahí Melisa no sabía hacia dónde dirigirse. Las dos íbamos de una mesa a otra, de un anaquel a otro disfrutando de libros ilustrados y libros álbum bellísimos, como obras de arte y obras del diseño, de autores e ilustradores diversos. Pero de ahí salimos con las manos vacías, todo era muy caro como suele suceder. Yo me quedé con ganas de llevarme una edición del cuento de Saki "El narrador" con ilustraciones bellísimas que tal vez compre en la próxima visita.
Luego de casi tres horas, nuestro recorrido había terminado. Otra vez desafiando al frío salimos de la feria y terminamos nuestro recorrido disfrutando un rico té con tortas en una panadería-bar de la Av. Pueyrredón.
Espero que les haya gustado este post y que me cuenten otros recorridos y experiencias en la feria del libro infantil y juvenil de Buenos Aires o en otras ferias de otros lugares.
Val
Deliciosa crónica, Vale! Me dieron ganas de ir a chusmear qué encuentro para mi niña interior... Nunca fui a la Feria Infatil, es una experiencia que me debo, pero me gustaría ir con vos para no perderme nada, ja! Besitos:>
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ResponderEliminarEste lunes pasado fui a la Feria (como todos los años), la encontré más chica pero igual de "sustanciosa". Me encantó un libro-álbum cuyo título era "Rana". Era el díalogo de una mamá algo enojada que le pedía a su hijo que la acompañara al supermercado. Me pareció genial. Na había narrador, simplemente diálogo. Las ilustraciones remitían a la historia de la rana que iba en busca del niño. Pero no anoté la autora!!!! qué desastre!!! Alguien lo ubica? Saludos
ResponderEliminarMarina
Es cierto que la feria está más chica pero también que, como dice Marina, "más sustanciosa". El libro que te gustó es de María Paula Bolaños, a mí también me gustó mucho. En ese estand era difícil elegir qué llevarse.
ResponderEliminarVal
Gacias por el dato! En la feria se me acabó el "presupuesto" antes de poder comprarlo, pero emprenderé la búsqeuda en cuanto pueda. Saludos
ResponderEliminarMarina
tu descripción es música para mis odiso! siempre quise ir a la Feria del Libro Infantil, y nunca tuve la oportunidad, soy estudiante de letras y me gusta mucho la literatura infantil, llegué a tu blog a traves del de Mati, y me ha encantado ese fondo de bilioteca, precioso! lo agrego a mi lista :)
ResponderEliminarGracias por todos los comentarios! aprovechen los últimos días de la feria para visitarla, hay tiempo hasta el 31 de julio, si no tendrán que esperar hasta el año que viene!
ResponderEliminarBesos,
Val
gracias Vale por este post! justo dejé para mi último día de vacaciones la feria y no puedo creer ese dato sobre Ziraldo! espero encontrar el stand. Aprovecho para felicitarte por el blog, un encanto pasar por aquí. Besos desde La Plata
ResponderEliminarGracias por los comentarios! la próxima cita ineludible la tendremos el próximo año! Besos,
ResponderEliminarVal