viernes, 30 de mayo de 2014

Una caja llena de…colores



Desde hace un tiempo cada vez que voy a una librería con sector para niñxs me dedico a ver qué libros de arte para niñxs hay o de literatura para niñxs que tematice cuestiones vinculadas con el arte, a partir de un pedido de la directora de un jardín de infantes donde desarrollé con un grupo de estudiantes voluntarios
de la Universidad de La Plata un proyecto de talleres de lectura. Así, este libro que hoy voy a reseñar, lo 
descubrí  en una librería y, luego, llegó a mis manos a través del préstamo de Natalia, amiga y seguidora
del blog.

Se trata de Julieta y su caja de colores de Carlos Pellicer López, FCE, México, 2012.

Abrir este libro ya es entrar en un universo donde los colores y el dibujo nos llevan por territorios donde
el arte y la imaginación pueden transformar la vida y crear nuevas realidades. Es decir, cómo el arte
puede dar a las personas herramientas y experiencias para vivir la vida y enfrentar las situaciones de la
vida de otra manera.

En este cuento ilustrado, a Julieta le regalan una caja de pinturas y ella no sabe muy bien qué hacer con
ese regalo. La lluvia va a ser la oportunidad para empezar a conocer el poder de los colores.
Así empieza a pintar. Pinta una ciudad, otro día una tarde lluviosa, otro día una fresa gigante, y, otro día
descubre cómo la pintura permite crear una realidad como pintar un burro verde.
Con su caja de colores imagina el color de cosas que ve durante el día pero también de cosas que sueña.
Así, día a día, color a color, va descubriendo la magia que puede surgir de pintar el mundo, sus sueños y
sus deseos.

Las ilustraciones a doble página, de una lado Julieta y su mesa de trabajo en blanco y negro como si fuera una hoja de papel y, del otro lado, lo que pinta y dibuja, lo que crea e inventa. Un libro que nos invita a
reflexionar sobre la creación artística y literaria, sobre el poder de los colores y las posibilidades que nos da la expresión a través del arte.

Un hermoso libro que nos invita a ir a buscar esa caja de colores que teníamos escondida en el cajón del
escritorio o salir corriendo a buscar esos lápices que hace tiempo teníamos ganas de comprar para poder
inventar otro mundo. 
  
Y ustedes, ¿cómo pintan otro mundo posible?
Besos,