miércoles, 20 de agosto de 2014

Una niña guerrera

El 8 de octubre de 2013, Luana, una niña trans, recibía de manos del jefe de gabinete del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, su DNI que respetaba su identidad autopercibida, gracias a la lucha descarnada de Gabriela Mansilla, su madre, con el apoyo de la CHA (Comunidad Homosexual Argentina, especialmente de Valeria Pavan, responsable del Área de Salud de esa institución. De esta manera, por primera vez en la historia de nuestro país y en el mundo, una niña asumía su derecho –amparada en la Ley de Identidad de Género (N° 26.743)- de acceder al DNI y de esta manera ejercer su identidad de manera plena.


Yo nena, yo princesa. Luana, la niña que eligió su propio nombre (UNGS, 2014) de Gabriela Mansilla relata, en primera persona en el registro de un diario íntimo que escribe Gabriela a su hija, el deseo de Luana de ser quien se siente que es, más allá de su sexo biológico, y la lucha de su madre por acompañarla en este tránsito de varón a nena, de Manuel a Luana, de un niño triste a una niña feliz.

Este libro es un testimonio insoslayable que da cuenta, de manera contundente y emotiva, acerca de los diversos modos, sentires, expresiones de la identidad en la infancia frente a la violencia ejercida desde el Estado y  la sociedad frente a lo diferente o lo que no es inteligible para la norma o el binarismo varón/mujer. 

Asimismo, Yo nena, yo princesa da cuenta del modo en que una niña trans pelea por su identidad, por su deseo, contra una sociedad que reproduce los mandatos culturales donde la diferencia se paga con violencia y exclusión. Este libro nos habla, también, desde la experiencia subjetiva de Luana y su madre, de cómo la infancia puede ser un territorio hostil para quien no entra dentro del reglamento del género.  

Yo nena, yo princesa es también un relato apasionante, y no por ello menos doloroso, de la búsqueda de Luana por expresar su identidad, sus gustos, sus deseos, sus afectos. Es el relato de los primeros seis años de vida de Luana, una niña que apenas pudo hablar, expresó su convicción de sentirse y definirse como niña y eligió su nombre.
No dejen de leerlo. Vale la pena 



5 comentarios:

  1. Me parece que este libro implica un gran avance para nuestra sociedad contemporánea.

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  2. Guau! qué fuerte y qué interesante. Trato siempre el tema de género con mis alumnas y es increíble lo que cuesta que las futuras maestras dejen de lado prejuicios y sean más abiertas a esta realidad... Tomo nota y lo agendo entre mis próximas lecturas.
    Besos, Vale... siempre aprendo pasando x acá!

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  3. Sí, es una historia fuerte y muy interesante que vale la pena conocer. Gracias por los comentarios! besos,

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  4. ¡Qué maravilla que el relato haya sido escrito por la madre! ¡Me emociona doblemente, tanto como la historia! La semana pasada estuvieron dando su testimonio en la TVP.
    Un beso,
    Natalia.

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  5. Sí, también tendríamos que decir que se trata de una madre guerrera que acompañó a su hija en esta lucha.

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