Con esta publicación, retomo la sección "Colaboraciones" donde lectores y lectoras escriben reseñas y comentarios de libros para compartir. En este caso, se trata de la reseña de la novela Pluma de ganso de la escritora brasilera Nilma Lacerda, publicada en Babel libros, Colección Frontera, en 2009. Este texto lo leímos en el seminario "Letras e imágenes para una historia de la lectura y la escritura" que dicto en el IES N° 1 (CABA) y lxs profesorxs en formación escribieron hipótesis de lectura en relación con el texto. De ese espacio formativo surge este texto que escribió Carolina Martín y que acá comparto.
Juzgo casi
imposible elaborar una hipótesis de lectura que no tenga en cuenta la dimensión
de género que atraviesa todo el texto. El hecho que en el Brasil de la época de
la novela las mujeres no tuvieran acceso a la educación, ni posibilidad de
expresar libremente sus pensamientos, como así también, de concebir una vida
que fuera más allá del matrimonio y la familia, son hechos que considero
vitales para pensar cómo la mujer, en este caso representada por el personaje
de Aurora, se ha ido empoderando por medio de la conquista, en este caso de la
escritura, hasta llegar finalmente a la mujer actual que es representada por la
sobrina de este personaje.
Aunque todavía es
mucho el camino que nos queda por recorrer y todavía muchas las cosas que nos
quedan por conquistar, me parece interesante pensar cómo la escritura, en esta
novela, funciona como punto de partida y, a la vez, como hilo que va cosiendo y
atravesando a las distintas mujeres de esta historia, entretejiendo silencios y
complicidades para, finalmente, terminar de configurar un bordado que representa
el camino mismo que han recorrido aquellas mujeres, un camino lleno de
sometimiento y dolor que, luego en la segunda parte, cobra sentido y se
reivindica en esa sobrina que puede con libertad expresarse en un mundo en el
que la mujer ya ha conquistado una suma de derechos, entre ellos el derecho a
la educación.
Cuando Aurora tiene
su primer contacto con la tinta dice en el texto: “Ella no sabía escribir, pero
el día que la tinta de Pericles se volcó, el dedo de ella, deslizándose sobre
la mesa, decía: Yo soy Aurora”. Aquí vemos cómo la intención, más allá de
aprender a escribir, era también la de nombrarse, encontrar su identidad y así
poder escribir su historia. Pero sí, además, leemos este gesto en el contexto de
una sociedad en que las mujeres no tenían acceso a la educación, este gesto
como acto simbólico, representa también la búsqueda y el lugar que estaban
intentando ocupar aquellas mujeres silenciadas.
Más adelante en el texto cuando
Aurora se detiene en el sentido de la palabra “grabar”, dice en el texto:
“Aurora se da cuenta, entonces, de que hacer cosas que duren, que permanezcan
grabadas, da un placer muy grande”. Aquí aparece la idea de escritura como lo
que permanece, lo que inmortaliza, lo que deja huella. Así concebía este
personaje a la escritura y aunque no se sepa finalmente si lo logró, la
intención de la autora es mostrarnos cómo aquellos sentimientos y actos que
iban contra las prohibiciones de la época, son los antecedentes y las primeras
manifestaciones de aquellas mujeres que empezaban a vislumbrar y de alguna
manera a transitar el camino hacia la conquista.
Ya en la segunda
parte, cuando la sobrina recuerda a su tía, dice en el texto: “Aurora, nombre
bonito, un tanto pasado de moda hoy en día, pero alegre y lleno de promesas”.
Ese “hoy en día” marca la distancia que hay entre ambos personajes pero lo
significativo del pasaje es la palabra “promesas”. ¿A qué promesas se está
refiriendo? Siguiendo esta hipótesis me parece acertado pensar que se está refiriendo aquí a la promesa de un mundo mas
igualitario y más justo en cuanto a derechos entre hombres y mujeres.
Esta promesa se
cumple finalmente, y puede ser leída como tal, ya que es enunciada en un
contexto social en el que la mujer ha salido ya de las sombras. La sobrina de
Aurora nos hace ver, por medio de sus reflexiones, que los tiempos han cambiado
y que la situación, en contraste con lo que había vivido su tía, es ya muy
diferente. La escritura, ese hilo que va tejiendo todas las historias del
texto, atraviesa también la vida de este personaje que se dedica a escribir y
que además vive de eso. Todo el padecimiento que han sufrido las mujeres de
aquella época son reivindicados por la sobrina que busca poner en palabras la
anecdótica vida de Aurora. Y es en este gesto, donde se aprecia la escritura
como algo que también inmortaliza.
Finalmente lo que quedará para la posteridad
es algo más que una biografía, es de alguna manera, la historia y la lucha de
aquellas que mujeres que rompieron el silencio.
Carolina Martín.
Están todxs invitadxs a enviar colaboraciones.
Nos leemos.
Carolina Martín.
Están todxs invitadxs a enviar colaboraciones.
Nos leemos.
¡Muy interesante!
ResponderEliminarTambién, muy buena la nueva foto que encabeza el blog.
Gracias, Adriana! Qué bueno que te guste.
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