Un domingo por la tarde, antes de entrar al cine,
recorriendo librerías por la calle Corrientes me topé en esa librería sin
nombre de Corrientes entre Uruguay y Paraná,
a pocos metros de La Giralda, último refugio del pasado luego del viento
modernizador, con una pila de libros de literatura para niñxs de Alfaguara a un
módico precio: $25 y $30.
Revisando las pilas desparejas de las distintas
colecciones de esta editorial encontré clásicos como Un elefante ocupa mucho espacio –cuentos donde pueden suceder los
hechos más insólitos pero que también nos hablan de la solidaridad, la justicia
y la libertad- y Los
grendelines –cuentos donde se presentan los grendelines, estos seres tan
especiales que nos hacen pensar en duendes y otros seres maravillosos de la
literatura- de la gran Elsa
Bornemann.
En otra pila descubrí la divertida obra de teatro de Adela
Basch, publicada en la serie Bicentenario, Las
empanadas criollas son una joya donde a partir del humor y la historia de
una vendedora de empanadas se toma una posición política respecto de la
permanencia del virrey en la época de la colonia y nos permite reflexionar, riéndonos, de los conflictos políticos que desembocaron en la Revolución de
Mayo.
Más allá, en otra pila, se ocultaba Cenicienta no escarmienta de Guillermo Saavedra, libro de poemas
donde los personajes de cuentos tradicionales conocidos por todos/as como
Hansel y Gretel, Caperucita Roja, Pulgarcito, Simbad, Cenicienta, entre otrxs,
viven historias donde el humor y la irreverencias son sus señas particulares.
Hallazgos de un domingo cualquiera que todavía pueden estar
esperándolos/as en la mesa de esa librería de la calle Corrientes. Y de paso, aprovechando el frío, pueden darse una vuelta por La Giralda y tomarse un chocolate con churros, antes de que a algún trasnochado se le ocurra cerrarla.
Besos,
¡Muy bueno!. Justamente hoy estuve eligiendo libros para la escuela y entre tantos títulos apareció el de "Cenicienta no escarmienta" de Saavedra.
ResponderEliminarLos de Bornemann, imperdibles. Especialmente "Un elefante ocupa mucho espacio" y los otros cuentos que ya son maravillosos clásicos.
Vale: no conocía ese de Adela Basch; ¡me dan ganas de leerlo! ¡Pero más deseos tengo de curiosear en esa pila de libros que encontraste casi sin querer! ¡Qué lindos son estos hallazgos que seguro están esperándonos más de lo que uno se imagina!
ResponderEliminarUn beso, Natalia.