Marienplatz desde el Museo del Juguete |
Nuevo Ayuntamiento |
Entrada al Museo del Juguete |
Ya la entrada invita a jugar. Es una escalera caracol de
piedra que sube y sube y parece que no va a llegar nunca a destino. Cada sala está ubicada en un piso distinto a los que se
llega subiendo por esa escalera infinita.
En la primera me encuentro con
enormes vitrinas –que se repiten en cada una de las salas- en los que se
exhiben los juguetes más antiguos, artesanales, del siglo XVII realizados en la
región de Baviera.
Sigo recorriendo sala a sala y en algunas vitrinas me
encuentro con osos de todos los tamaños, enormes muñecas y soldaditos.
Otra es una invitación a conocer robots de distintas épocas
salidos de los cómics o inventados por algún maestro juguetero.
En una, en el medio de otros tantos juguetes que representan
escenas o están solos, hay un muñeco que me sorprende.
Me acerco y descubro que
es el Golem, un muñeco de origen checo.
También hay vitrinas donde se exhiben trenes de distintas
épocas con estaciones vistosas y me acuerdo del Museo del Tren que visité hace
algunos años en la ciudad de La Falda en Córdoba.
No falta, tampoco, la amada u odiada Barbie que se exhibe en una enorme
vitrina y cada ejemplar de esta muñeca da cuenta de la historia que ha tenido
en el mundo del juguete.
Y, también, en algunas vitrinas hay juguetes que representan escenas como en una pileta de natación, una cocina para muñecas o una escena en el piano.
Así, esa tarde gris se llena de colores y de recuerdos con
esos juguetes que hablan de juegos y niñxs de distintas épocas. Desciendo las escaleras y otra vez estoy en la calle, con las imágenes de cada uno de los juguetes que acabo de ver.
Espero que les haya gustado.
Seguimos conectadxs, besos,
Cómo no gustarnos!!! es un paraíso para quiénes amamos los juguetes, una gloria estar ahí!
ResponderEliminarEsos ratoncitos del final me matan de amor... y las muñecas, de miedo...ja!
Me encartó la redacción poética, lindísimo post!
Besos:>
Gracias, Mati! Besos
ResponderEliminarMe gustaron mucho los juguetes artesanales, especialmente los arlequines haciendo piruetas. También los trenes y las muñecas de porcelana. Aunque reconozco que el Golem se lleva todos los premios. ¡Cuántas emociones y recuerdos deben haber surgido estando allí!.
ResponderEliminarSí, los arlequines son una belleza. El Golem me pareció extrañísimo y un poco terrorífico, no? Gracias, Adriana, por tu comentario!
ResponderEliminarDefinitivamente, las escenas me cautivaron, especialmente la de los ratones músicos y me llamó la atención el detalle muy simpático del rostro de un gato en el asiento del pianista: "Cuando los gatos no están, ...". Vale, ¡gracias por traernos imágenes tan bellas del mundo!
ResponderEliminarQué observadora, Natalia! Sí, las escenas es lo que más me gustó de todos los juguetes! Me alegra que te haya gustado el post! Besos
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