Hace unas semanas estuve leyendo y releyendo la obra de la escritora argentina Adela Basch a raíz de que iba a trabajar con su poética en el seminario de literatura para niños que dicto en el profesorado en Letras del IES N° 1. Por eso un día me hice una escapada a Fedro para ver qué otros textos más recientes podía encontrar y qué textos más viejitos no tenía en mi biblioteca y podía adquirir.
Además de comprar algunas obras de teatro editadas en Abran cancha, la editorial que dirige Adela, encontré un libro exquisito que se titula Déjame ser la negra María y otros cuentos con ilustraciones de Irene Singer publicada en la colección Tres gatos locos de la editorial Abran cancha en 2010. Un libro bellísimo y sorprendente ya que con él irrumpe otra voz en la poética de Adela Basch, una voz ligada a un registro más íntimo, teñido del humor que la caracteriza pero con rasgos ajenos, nuevos, desconcertantes para un lector habituado a la literatura de Adela Basch, siempre rayana con el disparate, lo desopilante e hiperbólico.
En Déjame ser la negra María y otros cuentos, Basch nos sorprende por la transformación del tono de los textos, las historias que se narran, la mirada microscópica sobre hechos de la vida cotidiana que cambian y se metamorfosean a la luz de una mirada nueva, íntima, privada. Este libro es una transformación del registro habitual de Adela Basch donde el humor entra a hurtadillas pero da lugar a cuestiones vinculadas con la identidad, la creación artística, el valor de la palabra dicha, la crítica a la aceleración de la vida posmoderna, entre otros temas. A su vez, las historias que se cuentan en este volumen de cuentos dan cuenta de transformaciones de los sujetos y las cosas, como en el cuento que da título al libro donde la diversidad, la identidad y la búsqueda del cambio llevan a Ingrid a querer ser María, la negra, la transformada al ritmo del carnaval. O en “La mujer alada” una mujer logra romper la rutina de sus días para transformarse a partir de la ruptura de la rutina y la ficción abre sus puertas a la vuelta de la esquina. En el cuento “En tren de descubrimiento” el juguetero sueña con transformar su gran obra en otro juguete que sorprenda y, para ello, pondrá en juego ciertas argucias que engañarán a Pandolfi, un fan de Sherlock Holmes y de sus historias de detectives.
Metamorfosis, transformaciones, cambios que se tiñen de humor, juegos de palabras, guiños metaliterarios al lector y una nueva voz en la obra de Adela Basch que vale la pena descubrir y atesorar en este bello libro. Ojalá que Adela nos depare otros textos con este tono íntimo y seductor.
Además de comprar algunas obras de teatro editadas en Abran cancha, la editorial que dirige Adela, encontré un libro exquisito que se titula Déjame ser la negra María y otros cuentos con ilustraciones de Irene Singer publicada en la colección Tres gatos locos de la editorial Abran cancha en 2010. Un libro bellísimo y sorprendente ya que con él irrumpe otra voz en la poética de Adela Basch, una voz ligada a un registro más íntimo, teñido del humor que la caracteriza pero con rasgos ajenos, nuevos, desconcertantes para un lector habituado a la literatura de Adela Basch, siempre rayana con el disparate, lo desopilante e hiperbólico.
En Déjame ser la negra María y otros cuentos, Basch nos sorprende por la transformación del tono de los textos, las historias que se narran, la mirada microscópica sobre hechos de la vida cotidiana que cambian y se metamorfosean a la luz de una mirada nueva, íntima, privada. Este libro es una transformación del registro habitual de Adela Basch donde el humor entra a hurtadillas pero da lugar a cuestiones vinculadas con la identidad, la creación artística, el valor de la palabra dicha, la crítica a la aceleración de la vida posmoderna, entre otros temas. A su vez, las historias que se cuentan en este volumen de cuentos dan cuenta de transformaciones de los sujetos y las cosas, como en el cuento que da título al libro donde la diversidad, la identidad y la búsqueda del cambio llevan a Ingrid a querer ser María, la negra, la transformada al ritmo del carnaval. O en “La mujer alada” una mujer logra romper la rutina de sus días para transformarse a partir de la ruptura de la rutina y la ficción abre sus puertas a la vuelta de la esquina. En el cuento “En tren de descubrimiento” el juguetero sueña con transformar su gran obra en otro juguete que sorprenda y, para ello, pondrá en juego ciertas argucias que engañarán a Pandolfi, un fan de Sherlock Holmes y de sus historias de detectives.
Metamorfosis, transformaciones, cambios que se tiñen de humor, juegos de palabras, guiños metaliterarios al lector y una nueva voz en la obra de Adela Basch que vale la pena descubrir y atesorar en este bello libro. Ojalá que Adela nos depare otros textos con este tono íntimo y seductor.
Espero que les guste esta reseña y los que lo hayan leído cuenten qué les pareció. También pueden comentar qué otros textos les han gustado de Adela Basch.
Besos,
Val
Si, me encantó! se me ocurren mil opciones para trabajar cuestiones de género con las futuras docentes con las que trabajo... Ya me contarás más, Val!
ResponderEliminarBesitos:>
Sí, este texto realmente es muy interesante por el tono que tiene, más allá de la cuestión de género. Gracias por los comentarios, besos,
ResponderEliminarVal
Soy fan de Adela. La vi en Chile, Santiago, en un campamento marginal, disfrutando junto al autor Pepe Pelayo de un mano a mano con sus cuentos (seleccionados para la ocasión). A ellos los vi gozar y disfrutar, y a los niños...parecían colgados de una nube. Todos sentados donde se podía, los autores en una mesa que casi se caía, varios en el piso de una "mediagua", calurosa, polvorienta, inhóspita que de pronto se volvió exquisita, mágica, llena de música y de placer. Todos nos volamos esos dos días. Fue una experiencia increíble, sobre todo para esos 30 niños carentes de todo y de pronto, llenos de vida a través de la magia que los autores pusieron en el aire de esa caseta. Felicidades por tener a una Adela Basch entre sus escritores!!!
ResponderEliminarQué lindo lo que contás de Adela leyendo sus textos en Chile. Gracias por compartir esta experiencia que habla de lo sencilla y cálida que es Adela y su maravillosa literatura.
ResponderEliminarBesos,